Tras la clausura en el Museo del Barrio de Nueva York, Miralda añadió a los altares de Santa Comida una séptima deidad, Orisa Babaluaiyé, el Misterio Horrible cubierto de fibras de palma morada y con la máscara de San Lázaro. En la exposición de Miami también se colgaron unas grandes cortinas cargadas de bacalaos (alimento que se daba a los esclavos africanos de las Antillas) y se mostraron los recuerdos adquiridos en las botánicas de Nueva York. Asimismo, se realizó el symposium “Santa Comida: supervivencias transculturales”, en el que John Mason era uno de los ponentes.