El pueblo de Ubrique regaló a Colón un cinturón que simbolizaba uno de los conceptos fundamentales del proyecto: el intercambio de productos entre el Nuevo y el Viejo Mundo. En una cara del cinturón aparecían los nombres de los productos procedentes del Viejo Mundo escritos en español y en la otra, los del Nuevo Mundo, en quechua, taino e inglés.
Tanto la tela como los colores del cinturón estaban inspirados en los capotes de los toreros: el cinturón era fucsia por el lado del Viejo Mundo y amarillo por el del Nuevo. La hebilla, tributo a la cultura Cow Boy, tenía forma de ojo. En la pupila se podían apreciar dos versiones superpuestas del mapa del mundo: la que imaginó Colón y la moderna. En lugar de pestañas, la hebilla-ojo tenía cuernos de toro y de vaca. El cinturón se dispuso en forma de espiral o de serpiente.