SOLDATS SOLDÉS (1965-1973)

Este conjunto de trabajos que incorporaban cientos de soldados blancos unidos entre sí en diferentes soportes fueron, durante los primeros años de la trayectoria de Miralda, una especie de divisa visual sobre su trabajo. 

A pesar de la variedad de resoluciones, todas las obras Soldats Soldés arrancaban desde una misma situación biográfica, aquella vivida por el propio artista durante el periodo en el que realizó el servicio militar obligatorio y pudo comprobar, en primera persona, la atmósfera asfixiante y endogámica del mundo militar.  

Alegato pacifista, exorcismo personal, parodia de las mitologías sobre la violencia y de los arquetipos del patriotismo, Soldats Soldés es una variación obsesiva sobre una misma imagen idéntica, repetida hasta el paroxismo y, en cierto modo, desactivada de su sentido original. 

El soldado de juguete, acumulado sobre collages, ornamentando un objeto cotidiano, insertado en elementos encontrados (telas, mobiliario, réplicas de esculturas…), en monumentos públicos (Duomo di Milano, Place de la Republique de Paris…) o en el paisaje, constituía una primera aproximación a las ideas de serialidad, acumulación y archivo, características de trabajos posteriores como Santa Comida (1984-89), Honeymoon Project (1986-92), Food Pavilion (2000) y, especialmente, el FoodCultura Museum (desde 2003 hasta la actualidad).