Miralda y Dorothée Selz crean, en 1967, el dueto artístico Miralda-Selz.Traiteurs Coloristes para ofrecer servicios profesionales de catering como obra de arte con el propósito de experimentar a partir de los alimentos, tanto desde un punto de vista formal –a partir de su coloración- como desde una perspectiva ritual –mediante la realización de ceremoniales, banquetes y otro tipo de manifestaciones culinarias en contextos de diversa naturaleza, dentro de espacios privados, públicos y museográficos.
Después del envío de cien Croque-Jesús de azúcar como invitación navideña, el lanzamiento oficial de Miralda-Selz fue Dîner en Quatre Couleurs, que tuvo lugar en la Galerie Claude Givaudan de París y se transformó en restaurante para la ocasión. El menú se sirvió en cuatro colores: rojo, azul, amarillo y verde, y los invitados acabaron intercambiándose los platos, creando su propia paleta de colores. Entre sus primeras obras, también se encuentran los paisajes de merengue y la serie de monumentos o maquetas en forma de pasteles, denominados Cakes.
Los experimentos que llevaron a cabo pretendían reflexionar sobre cuestiones de índole estética, culinaria, cultural, filosófica, científica y social. Juntos abordaron conceptos que, tiempo después, retomarán y reformularán otros movimientos posteriores, desde el Food Art a las estéticas relacionales.
Miralda y Selz no solo cocinaron para importantes galerías de arte de París, sino también para una playa nudista en Córcega, una estación de tren en Montpellier y para los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, por ejemplo. En 1971, los Traiteurs Coloristes fueron invitados por Daniel Spoerri a presentar sus obras y realizar el Eat Art Banquet en el Restaurant Spoerri de Düsseldorf.
Su obra encontró su prolongación natural en los banquetes rituales que formaron parte de los Ceremoniales (1969-1973).